viernes, 18 de diciembre de 2009

Lucha Reyes: una voz que sigue doliendo



El Día de la Canción Criolla adquirió proporciones míticas tras la muerte de la cantante Lucha Reyes, ocurrida hace 35 años. Así lo informó El Comercio
El Comercio
01 de noviembre de 2008

Por David Hidalgo Vega

La mitología del criollismo tiene en esa voz uno de sus más grandes misterios. Hay profecías tan fuertes, cabría decir, porque ni antes ni después una intérprete anunció con tanta exactitud su partida de este mundo. Lucha Reyes, estrella dramática de una tradición cargada de signos trágicos, ya era un ícono musical con feligresía propia. Su lirismo criollo ya había inundado los sets de televisión. Sus terremotos privados ya eran parte del imaginario popular. Su nombre ya merecía bronce cuando acuñó el himno de su propia despedida. "Esta será tal vez mi última canción", entonaba en un estudio de grabación pocos días antes del final. La muerte puso un clímax a su celebridad.

Reyes la había labrado sobre la base de una vida tan doliente como sus canciones. Su mito personal le asigna todas las penurias imaginables: que quedó huérfana de padre a los seis meses de nacida, que su madre sobrevivió a ese naufragio lavando ropa ajena, que en lugar de ir al colegio pasó la infancia en busca de caridad por las calles del Callao, que en una época se alimentaba de golosinas, que un incendio motivó el regreso a Lima para dar, como una refugiada, en los guetos jaraneros de Barrios Altos. "En ese ambiente de faites y entreveros, Lucha Reyes fue saturando su espíritu con las melodías criollas de antaño", escribió hace unos años el recordado periodista Víctor Rodríguez Leiva en el libro "Antología de la música peruana".

De todas las biografías castigadas del criollismo, puede que esta haya sido la más cruda. "Cada canción suya significó el desgarramiento de su corazón angustiado", señala Rodríguez Leiva. Porque la lista de penurias acompañaría el descubrimiento de su vocación artística y la perseguiría incluso hasta el apogeo: una versión dice que antes de ser famosa llegó a pedir comida en un convento; una reincidente tuberculosis opacaría luego las regalías de su fama. Ese designio parece confirmado en sus palabras, tras pasar una recaída en el hospital Bravo Chico: "Durante las primeras noches no podía conciliar el sueño y cuando dormía pasaban por mi mente los pasajes de una niñez pobrísima y plena de infortunio".

Dolor y Gloria
Para el tiempo de su muerte había superado un matrimonio fallido, más recaídas complicadas por la diabetes, los altibajos de una profesión sin seguro social. Una racha de buenos contratos en los mejores locales de Lima terminó de consolidar su carrera a inicios de los años setenta, un tiempo en que la política se montó en el carro del arte popular. "La música criolla era el son oficial del nuevo régimen militar y había que anunciarla con muchas cuerdas y percusión", escribe el crítico Fernando Vivas, quien reconstruye esta época en el libro "En vivo y en directo: una historia de la televisión peruana".

La pantalla chica entregaba horarios estelares para los artistas criollos. Estaba "La revista de Edith Barr", "Danzas y canciones" del 'Carreta' Jorge Pérez y Nicomedes Santa Cruz y el legendario "Trampolín a la fama", donde el animador Augusto Ferrando la había consagrado como la nueva estrella del género. Los diarios dedicaban sus páginas de espectáculos a los compositores e intérpretes costeños. En medio de esa corriente, la aparición de "Regresa", su primer disco, había resultado eufórica.

"Para la presentación de este larga duración los directivos de FTA (la disquera) organizaron una fiesta en el hotel Crillón. Lucha Reyes vivió uno de sus momentos más felices", recuerda la semblanza de Víctor Rodríguez Leiva.

Debió parecer que ella no estaba hecha para el sosiego, porque ese relámpago de fama y una apoteósica presentación en el Teatro Municipal hicieron recrudecer por la emoción su diabetes y otros males. Las radiografías detectaron daños en los pulmones, que además le habían afectado el corazón. Una multitud de visitantes la ayudó a recuperarse.

El final
Alguna incertidumbre debía quedarle, sin embargo, porque tiempo después pidió al compositor Pedro Pacheco que le compusiera un tema cuyo título debía ser "Mi última canción". Los amigos más cercanos estaban pendientes de sus problemas de salud, entre otras cosas porque por esos días había faltado al cumpleaños de una allegada. Ella trató de tranquilizarlos con la idea de que estaba por iniciar un tratamiento con un médico de Boston. En una conversación sobre el tema, había regañado a un compañero con la broma de que una artista como ella tendría que morir en el Día de la Canción Criolla.

En 1973 ese día cayó miércoles. Se dice que la artista se levantó con ánimo lisuriento, pero entusiasta. Su primer compromiso era una misa celebratoria en el local de un gremio de artistas. "La popular cantante iba en automóvil, acompañada de uno de sus hijos y de un guitarrista, cuando se puso mal. El viaje a la Sociedad Peruana de Actores se transformó en una carrera de vida o muerte a la Clínica Internacional", informaría El Comercio a la mañana siguiente. "Los médicos solo pudieron certificar su fallecimiento. Un infarto había acabado con su vida y con una de las mejores cantantes del género criollo de los últimos años". Fue noticia principal de portada en nuestras dos ediciones del día.

El Comercio no perdió el detalle de la canción que la cantante había mandado componer con dramática previsión. "Jamás imaginé que esto sería una realidad y a tan corto tiempo", declaró Pacheco, a las puertas de la clínica, en medio de la conmoción. "Imagínense que lo compuse en una agencia funeraria, donde existe una peña", precisó en referencia a un concurrido punto de jarana de entonces, frente al Hospital del Empleado.

Los restos de Lucha Reyes siguieron el inevitable recorrido de tributos póstumos. La primera estación fue el local del club El Sentir de los Barrios. A las siete de la noche fueron trasladados al local de la Casa de la Cultura de Lince. Allí el velatorio fue rebasado por centenares de amigos, artistas y seguidores. La devoción del ambiente adelantaba el impacto emocional del sepelio.

Al día siguiente, 1 de noviembre, el ataúd se deslizó sobre una multitud desgarrada. "Cantando 'Regresa', gran gentío acompañó los restos de Lucha", dijo El Comercio en su portada. "Arrastraron el sepelio familiares de la extinta y un grupo de compositores e intérpretes, quienes a lo largo del cortejo entonaron sentidamente los temas que hicieron famosa a Lucha Reyes".

El séquito doliente llegó a parecer una procesión. "Conmovió el gesto espontáneo de los vecinos de Lima que al paso del cortejo iban uniéndosele, ayudando a formar los cordones humanos para mantener el orden". Entre los asistentes iba un edecán del presidente de la República.

El cementerio El Ángel estaba copado por los fanáticos desde la mañana. Cuando el féretro asomó rumbo a la capilla ardiente, los temas de la intérprete se transformaron en himnos dolorosos. Hubo palabras y oraciones finales. "Hasta el último momento se escuchó el bordonear de las guitarras y las voces de los criollos", narró a El Comercio. Era víspera del Día de los Muertos. La profecía más gris del criollismo se había cumplido.

1 de noviembre de 1973
Hace 35 años la portada de El Comercio dio cuenta del deceso de la artista, cuyo verdadero nombre era Lucila Justina Sarcines Reyes.

La segunda sección del diario amplía los detalles del suceso. Se anota que pocos días antes de morir había grabado el vals "Mi última canción".

2 de noviembre de 1973
La sección de espectáculos comenta la multitudinaria manifestación popular que se registró en el sepelio de la querida cantante criolla.

31 de octubre de 1973
El diario "Afición", editado por El Comercio, informó del fallecimiento esa misma tarde, mientras muchos se preparaban para celebrar el Día de la Canción Criolla.


viernes, 13 de noviembre de 2009

A Tania Libertad le duele que no la traigan al Perú

El Comercio
07 de noviembre de 2009
En Las Vegas, la cantante compartió sus primeras impresiones tras ganar el ansiado Grammy. Mostró su preocupación en torno a la cantidad de artistas peruanos que mueren en el olvido

Por: José Puga Enviado especial



LAS VEGAS. Después de recibir el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación, Tania Libertad compartió con El Comercio su emoción por este ansiado reconocimiento. La cantante peruana reconoció que hizo su carrera sin mayor apoyo, y comentó sobre el preocupante olvido en el que se encuentran muchos artistas peruanos.

¿Pensó que llegaría este momento?

Es muy bonito recibir un reconocimiento, sobre todo al lado de figuras que lo han tenido a las alturas de mi carrera artística (...) Me abracé con todos, voy a cantar a Argentina con Santaolaya y Charly García, y a Venezuela con la Orquesta Sinfónica. Fue un abrazo bellísimo. El retiro no está cerca, estoy más viva que nunca. Espero que no… justo me encontré en el hotel con Gian Marco y me dio una canción bellísima que se llama “Paloma de papel”, que espero sea el título de un siguiente disco que voy a hacer. Ser un puente entre Chabuca Granda, Mercedes Sosa y las nuevas generaciones. A ellas también les dediqué mi premio (...) Nunca pensé que llegaría; como dicen, me he ido por la libre, por los atajos y los rodeos, nunca por las autopistas. Nunca he tenido una gran disquera, televisora o transnacional. Me atrevería a decir que ni siquiera el país donde nací estuvo detrás de mí. Todo lo hice pisando piedra, con muchas dificultades y sé que incluso ahora hago todos los esfuerzos por ir a cantar al Perú y no hay quien se atreva a llevarme. Es muy difícil aceptar esto.

¿No hay ningún empresario que se anime a llevarla, incluso con el “boom” de conciertos?

No, nadie me quiere llevar a cantar al Perú. He dado conciertos en el Olimpo de París, en el Sydney Opera House y canto en los mejores teatros. Sin embargo, no encuentro quien decida llevarme de una manera amable al Perú. Me duele porque ahí nací y empecé mi carrera. No importa, en algún momento volveré y cantaré para la gente que quiera escucharme. Llevo al Perú en mi corazón y todo lo que hago tiene mucho que ver con mis raíces, con mi esencia, todo lo que soy tiene mucho que ver con mi país.

¿Después de tantos años fuera, se considera totalmente peruana o más mexicana?

Si mezclas el maíz con el maíz, ¿qué sale? Maíz. El peruano come tanto maíz como el mexicano y el mexicano come tanto picante como el peruano. No podía haber vivido ni en Japón ni en Holanda. Necesitaba el cobijo de un país terriblemente indígena y mestizo, fuerte como nuestro pisco y el tequila. Eso no quita, igual, que siga poniendo el dedo sobre el renglón que es el Perú.

Dijo que la música afroperuana y la criolla influenciaron su carrera. Ahora, tras la muerte del “Zambo” Cavero, ¿le dedicaría en parte este premio?

Por supuesto. Conocí al “Zambo” antes de salir del Perú, cuando era conductora del programa “Danzas y canciones del Perú”, con Nicomedes Santa Cruz. Lo único que tengo que reclamarle al Perú es eso que se vuelve a repetir: la gran cantidad de artistas que mueren de repente en el olvido. Su falta de solidaridad con la gente y los creadores, poetas, escritores, escultores, pintores. Si hay algo que tengo que reclamarle al Perú es su falta de memoria con la gente que tiene al Perú dentro de su corazón. El Perú tiene un tiempo sincopado. Somos el centro de algo que se movió en un momento y que creó una cultura única. Me lastima que los creadores se mueran en el olvido y en la falta de reconocimiento.

Óscar Avilés le pidió al gobierno de Alan García una pensión más alta para ir dejando los escenarios. ¿Qué dice de eso?

No es posible tanta ingratitud. No puedo creer que los peruanos nos olvidemos de quienes nos han dado momentos tan gratos. Todavía no se sabe qué puede suceder con la música andina, costeña y de otros lados. Podría pasar lo mismo que con la comida peruana. Qué pena que nuestros artistas tengan que seguir tocando hasta los 80 o 90 años, o morir en el desconocimiento de la obra.

¿Cuál es su agenda en Las Vegas?

Vine a recibir un premio que reconoce un trabajo hecho no solo sobre la música peruana, sino también la latinoamericana, que creo que es una sola. Pienso que la música latinoamericana viene de la cultura indígena, negra y española. A partir de eso he hecho experimentos de lo que se parecen la samba brasileña, la marinera peruana y el guapango mexicano. No es fácil que reconozcan una trayectoria que comencé a los 5 años. Me siento con más ganas que nunca de difundir mi cultura y la latinoamericana.

Usted ha propuesto que las fronteras en América Latina se borren como dictaba Bolívar. ¿Tiene algo que ver con la ideología chavista?

Cuando los artistas se ponen de acuerdo, la política y lo demás salen sobrando (ríe).

jueves, 5 de noviembre de 2009

Recuerdos Criollos

Por El Búho
Diario Trome


Este Búho recuerda los 31 de octubre de mi niñez. Eran mediados de la década de los 70 y la música criolla mandaba en Lima. Las fábricas de discos como IEMPSA inundaban el mercado de placas de músicos criollos: El 'Zambo' Cavero, "scar Avilés, la gran Lucha Reyes. Ir a comprar un disco era todo un ritual. Mi tío Kike nos llevaba al Jirón de la Unión, sin ambulantes, limpiecito, con grandes tiendas como Sears, Oeschle o Monterrey. Pero lo que nos atraía como moscas a la miel eran las tiendas donde se ofertaban discos de vinilo. Eran gigantescas, como la de Héctor Roca. Tenían muchos vendedores y ¡cabinas para probar los discos! Tú pedías el de tu preferencia para escucharlo, te lo ponían en un tocadiscos tras del mostrador y lo escuchabas en una cabina con acústica. Solo escuchabas la música que querías. Mi tío pedía varios de música criolla. Lucha Reyes, Edith Barr, Los Kipus, Verónika, Cecilia Bracamonte, "scar Avilés o el 'Zambo' Cavero.

Es cierto que el gobierno militar alentaba nuestra música, pues en los canales había programas que dedicaban varias horas a la difusión de los valses y música afroperuana. También en las radios rayaban los valses y festejos. En 'La peña Ferrando', la principal atracción era Lucha Reyes, 'La morena de oro del Perú'. Por eso, muchos lloraron cuando murió -coincidencias de la vida- un 31 de octubre. Ese día, las radios en conjunto propalaron el tema premonitorio 'Mi última canción'. Me acuerdo que se hizo una tremenda cola en la tienda de discos en Luis Braille, frente al Cine Mirones, para comprar el 45 rpm. 'Esta será, tal vez, mi última canción...', cantaba la gran morena que tuvo una vida muy sufrida, con muy mala suerte para los hombres, como la gran Edith Piaf, el 'Gorrioncito de París'. Su entierro fue multitudinario y Lucha Reyes vendió más placas que James Brown y su 'Sex machine' o 'Rabito' con 'Amarte, amarte una vez más'.

Esos años maravillosos se me vinieron a la memoria cuando mi hija llegaba de su actuación del nido, donde hubo minifestival gastronómico criollo y ella bailó festejo. Pero en su cama tenía su disfraz de 'abejita y su calabaza' para salir al oscurecer en la hora embrujada de Halloween. Ellos viven otras épocas, pero es mejor que se acostumbren a convivir con armonía con nuestras raíces y el divertido ¡¡Halloween!! Apago el televisor.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Y se llama Contigo Perú

Dos valses diferentes


Mié, 14/10/2009
Por: Antonio Zapata
La República

El recientemente desaparecido Arturo Zambo Cavero se convirtió en ídolo de multitudes cantando dos valses compuestos por Augusto Polo Campos, a la guitarra iba Óscar Avilés. Son composiciones de los setenta que recibieron nombres muy parecidos. La primera se titula “Y se llama Perú”; fue elaborada durante el gobierno de Juan Velasco, mientras que la segunda se llama “Contigo Perú” y corresponde a la época de Morales Bermúdez. Ahí está la clave que explica por qué son tan distintas estas canciones que, por otro lado, son tan parecidas, habiendo consagrado la carrera de los tres maestros del criollismo.

“Y se llama Perú” fue compuesta en 1974, al año siguiente del golpe de Augusto Pinochet contra Salvador Allende. Las relaciones con nuestro vecino del sur pasaban por uno de sus peores momentos; en esa coyuntura, las tensiones habituales amenazaron con transformarse en guerra. Además, ese mismo año se jugaban las eliminatorias al mundial de fútbol de Alemania y nos tocó definir la clasificación precisamente contra Chile. Dicho sea de paso, perdimos. En ese momento, Polo Campos compuso una canción patriota que enfatiza los propósitos del gobierno revolucionario de las FFAA.

Por ello, “Y se llama Perú” habla de una nación que está luchando por romper cadenas y acabar con la esclavitud. Es evidente, que aquí se trabaja una adaptación de la tan denostada estrofa “Largo tiempo”, proveniente del Himno Nacional. Luego sigue diciendo que el Perú es la tierra del Inca, sugiriendo al indio y a Garcilaso o Túpac Amaru, conocidos símbolos de peruanidad. El punto clave de la canción es la letra “R”, que corresponde a rifle, evocando tanto a las FFAA revolucionarias, situadas junto al pueblo, como a la preparación anímica para enfrentar a Chile. “Y se llama Perú” es una canción que predica la unidad del pueblo y la FFAA, para hacernos dignos de una patria proveniente de una lucha indómita.

Por su lado, la segunda canción, titulada “Contigo Perú”, fue compuesta durante el gobierno de Francisco Morales Bermúdez, cuando los tiempos habían cambiado. La llamada “segunda fase” fue el retroceso de la revolución militar, la vuelta al orden capitalista tradicional y al enfrentamiento con el movimiento social. Se vivió una seria crisis económica a continuación del shock petrolero de mediados de los setenta. El gobierno buscó descargar el ajuste en los trabajadores, quienes no aceptaron con facilidad.

Los sindicatos de esos años tenían fuerza y militancia, potenciadas durante el gobierno de Velasco, pero procedentes de varias décadas de paciente trabajo organizativo, realizado sobre todo por el PCP. Recién se había reconstruido la CGTP. Asimismo, se había formado una corriente clasista en los sindicatos y regiones, situada a la izquierda del PCP, que protagonizó sonadas huelgas, desbordando al liderazgo comunista y empujándolo a decretar varios paros nacionales que resultaron muy exitosos.

Así, los años de Morales fueron de elevado conflicto social. En ese contexto, la canción “Contigo Perú” alude a la unión entre las regiones, al trabajo y el deporte, construyendo una hermandad que ofrece la vida por el país. Era la época de la clasificación al mundial de Argentina, que fue un éxito muy amargo. Esta segunda canción comparte el giro producido entre los gobiernos de los setenta. La primera composición iba a la izquierda, buscando un puente entre FFAA, pasado milenario y pueblo combativo; por su lado, el segundo valse resalta el ideal de unidad nacional, mientras que diariamente el país vivía convulsionado por marchas y huelgas.

Criollismo y Tradición

El criollismo
Mié, 28/10/2009
Por: Antonio Zapata
La República

Dentro de unos días se celebra la canción criolla, que hoy goza de una cierta renovación, después de un declive prolongado. El criollismo nació como tradición popular urbana, pero fue perdiendo aceptación conforme se transformaron las ciudades, gracias a las migraciones internas.

Así, la edad de oro del criollismo pertenecería al pasado. En el presente apenas sobreviviría, arrinconado entre la cultura importada y los ritmos andinos modernos. Pero, ya son más de veinte años de este declive y no parece terminar de extinguirse. ¿Qué viene ocurriendo?

En la era colonial, el concepto “criollo” indicaba un individuo de elite, hijo de españoles nacido en América. En realidad, los herederos de la independencia fueron los criollos y en su nombre fue construida la república del siglo XIX. Esa entidad política se hundió a consecuencia de la Guerra del Pacífico. Luego, la tradición criolla descendió al pueblo. Se fusionó con las costumbres de los afroperuanos, que al finalizar la esclavitud se habían trasladado masivamente a las ciudades.

En Lima y en otras ciudades del litoral se desarrolló este proceso hacia finales del siglo XIX. A esa época corresponde la cristalización de la llamada canción criolla y la generación fundadora, aquella de Karamanduka. También son los años de la aparición del fútbol y la fundación del club Alianza Lima. Un tercer producto es la procesión del Señor de los Milagros, que se transforma en multitudinaria precisamente hace unos cien años. Esta procesión proviene del pasado virreinal, pero comenzando el siglo XX saltó de pequeña devoción local a símbolo de peruanidad.

Así se constituyó una nueva tradición que fusionaba la antigua idea criolla con la raíz afro. Esa nueva cultura fue urbana y popular, aunque corresponde a una época de ciudades de antiguo régimen, anteriores a las grandes migraciones internas. Gracias a su carácter pluriclasista en la misma capital, el criollismo pretendió simbolizar a todo el país. Esas excesivas ínfulas le costaron caro. Por ejemplo, el criollismo acompañó la revolución de las FFAA representando a la nación en su conjunto.

Pero, al ser derrocado el general Juan Velasco, el criollismo sufrió un bajón. Se le asoció con los militares, que terminaron desprestigiados. Por otro lado, desde los años cincuenta, los migrantes venían cambiado el rostro de las ciudades. Ya no había tantos negros y mulatos, ahora predominaban cholos e indios. El color cobrizo había tomado la delantera sobre el negro. Ello fue acompañado por una revolución cultural y surgió el fenómeno llamado “chicha”.

La modernidad de lo andino ha dado origen a muchos géneros. Tomados como conjunto, predominan en el dial de la música peruana. Pero, en medio de tanto ritmo andino, el valse criollo sobrevive. Ya no pretende representar a todo el país, sino ocupar un puesto dentro de una nación multicultural. Por eso viene experimentando un repunte. Brilla con luz propia porque ocupa su lugar específico y no el centro de la escena.

Por otro lado, el presidente García es criollo. Ha sido su música favorita a lo largo de sus campañas y durante sus mandatos. Asimismo, el APRA como partido es cholo costeño antes que andino. Desde los militares no teníamos un criollo en Palacio.

Por ello, el género cuenta con protección política, que se expresa en las espectaculares exequias fúnebres de Arturo ‘Zambo’ Cavero. Veremos si el favor oficial favorece la popularidad del criollismo. El 31 medirá fuerzas con la importada fiesta de Halloween y sabremos cuánto influye en la cultura peruana actual.